Por Rubistey Cardona Hermana Contemplativa.

Con la esperanza de que el Reino de Dios siga dando vida, la Gloria de Dios nos quiere compartir lo bello y hermoso que es entrar en comunión con este Carisma de Misericordia del Buen Pastor

¿Quién es Santa María Eufrasia Pelletier?

Una mujer que desde muy temprana edad, experimentó los rigores de la persecución religiosa; vivió en tierra extrajera la muerte de su querida madre, y un sin número de situaciones adversas que la fueron transformando, como se acrisola el oro en el crisol. Santa María Eufrasia se destacó por ser una mujer, tierna, delicada, sensible al dolor humano, una fortaleza indescriptible que hacía arder su corazón por salvar la persona humana en su totalidad. Se podría decir que su corazón se transfiguró en un corazón humano-espiritual, capaz de entender el dolor de la humanidad que le rodeaba.

Al mismo tiempo en la contemplación de Jesús Eucaristía, comprendió que su vida era para entregarla desmedidamente como se consume el aceite ante el Santísimo Sacramento.  Así, con libertad de espíritu dispuso todo su ser para hacer solo la voluntad de Dios. ¡Qué hermoso es poder vivir esta experiencia maravillosa!  Encontrándole sentido a la vida, una vida con todas las posibilidades de ser constructora del Reino en el mundo que nos rodea.

De la misma manera cada una de nosotras las Religiosas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, tenemos la oportunidad de seguir sus huellas y ser co-creadoras de un mundo más justo y más humano, respondiendo con generosidad a los desafíos que el mundo nos presenta.

Este es su pensamiento: Santa María Eufrasia, Rosa Virginia Pelletier como fue llamada en el día de su bautismo, y como se ha contado en su historia, fue una mujer que se entregó sin medida; como la Santísima Virgen María, a un llamado de Dios, en su vida, que trajo consigo un amor inagotable, el cual la llevó a un encuentro maravilloso con Jesús Buen Pastor, y que la fue moviendo a una respuesta muy profunda en su interior.  “Yo seré Religiosa”.

Aquí inició la ejecución del plan salvífico de Dios para ella.  Ingresó a la Comunidad de  Nuestra Señora de la Caridad del Refugio, fundado por San Juan Eudes;  mucho después el amor rebosante que la inundaba la interpeló al pensar y recrear la vida y misión por la creación del  Generalato en Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor; que en nuestros días sigue con una llama encendida desde los dos “pulmones”, como lo llamamos: apostólicas y contemplativas; con presencia en 72 países del mundo, entregándose  por el amor a la salvación de las personas y el Reino de Dios.

No fue fácil en sus inicios, la aprobación de esta gran obra, pero estoy completamente segura de que Dios siempre la acompañó. En las pruebas y sufrimiento, Santa María Eufrasia experimentó el amor, la misericordia y la felicidad, para ella lo más importante, fue el plan de Dios; dejó actuar a Jesús y comprendió que no era su fuerza, su inteligencia o sus capacidades sino la obra de Dios en ella.

Ella permitió que Él tuviera el control total de su vida, por lo cual es una gran Santa a la que admiramos y le pedimos que nos ayude a abrir nuestro corazón, que podamos morir a nuestros deseos, y a nuestra vida cómoda, y que sea Cristo Jesús, quien se muestre, al llevarlo a todos los lugares.

Y como Santa María Eufrasia nos dijo: “Vayan a todos los lugares donde hay almas que salvar”, nos ponemos hoy en las manos de Jesús Buen Pastor para que vaya con nosotras, sanando, liberando y salvando, a todos nuestros hermanos y hermanas. A ti joven, te invito a que escuches hoy al Señor que te habla  en medio del ruido del mundo en que vivimos, te invito a que sigas su voz y te dejes conquistar… síguelo sin medida, deja que encienda la llama de su amor en ti, y seas su discípula, ¿Quieres ganar almas para Dios?… Ven, tras las huellas de Jesús Buen Pastor.